jueves, 7 de noviembre de 2013

A la sombra de Corto





A medida que me hago más viejo soy un lector más imbuido en una dualidad muy marcada entre la concisión y la dispersión. Por una parte estoy sumergido en tres o cuatro lecturas a la vez, Los escritos irreverentes de Twain en la maravillosa edición de Impedimenta, Blackwater de Jeremy Scahill y El mundo clásico más Alejandro Magno de Robin Lane Fox. Leo cien páginas de uno para saltar a otro, paso tres cuatro días sin leer nada y vuelta a empezar.

En el otro lado hay libros que no los suelto hasta acabar con ellos. Algunos no han durado ni siquiera una tarde y otros son la primera ocupación una vez acabadas las obligaciones. El lunes por sorpresa muy grande llegó A la Sombra de Corto. Son las conversaciones de Hugo Pratt y Dominique Petitfaux sobre la obra del primero.  Hacía bastante tiempo que andaba detrás y suerte que me lo regalaron.

Primero cabe decir que la edición de Confluencias es preciosa. El papel, su olor, los dibujos, todo está hecho con un esmero y un cuidado que me resulta inconcebible leer un libro así en edición electrónica. La experiencia no sólo se remite a la lectura. En cuanto a las conversaciones me ha encantado. Me gusta mucho la obra de Pratt aunque no puedo decir, ni de lejos, que sea un gran conocedor. He leído todo o casi todo de Corto Maltés y algo más del autor veneciano, nacido en Rimini, y aquí se puede encontrar un buen compendio de lo que se ha publicado, y lo más importante, las motivaciones, las fuentes y la utilización de las diversas técnicas plasmadas en cada historia.

Aún así, prefiero El deseo de ser inútil. ¿Por qué? Porque la vida de Pratt, que es en lo que consiste el deseo de ser inútil, a mi parecer resulta aún mucho más fascinante que todo lo que envuelve a la realización de sus historietas.

A quién le guste la obra de Hugo Pratt los dos libros son de lectura obligatoria, y en las ediciones de Confluencias se tornan en la adquisición de sendos tesoros.

0 comentarios:

Publicar un comentario